miércoles, 27 de junio de 2007

La Sexta en sus primeras horas.

La Avenida Sexta de madrugada

A eso de las 2 de la madrugada de un frío sábado con algo de lluvia, se me dio por tomar algunas fotos a los diferentes espacios de la Avenida Sexta, que mostraba a esas horas un marco desafiante con un falso vacío representado por esa ausencia de la dinámica que muestra el día.

Así, sin más, acompañado de personajes y ambientes prostibularios, de alcohólicos anónimos, de la ecléctica juventud amante de las drogas, de los indigentes sin rumbo y de uno que otro taxista que llegaba a este sector, seguía en mi afán de consolidar estos formidables momentos de un espacio público rozado por el silencio, la oscuridad y ciertas sensaciones sui generis.

A medida que el frío calaba más en estos cuerpos noctámbulos, los únicos sonidos musicales que llegaban a mis oídos y rompían con este silencio hipócrita, se creaban a partir del contacto no tan sutil de algunas botellas con ese suelo húmedo todavía por la pertinaz lluvia. Nótese que ese regurgitar melódico fue un gran impulso para las consecuentes injurias y expresiones verborrágicas de algunos de los presentes, confundiéndose en el entorno una mezcla de inseguridad y gracejo que no pasaría a ser más que el drama momentáneo ocasionado por aquellos gritos. Y resolví por seguir mi camino...

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