lunes, 10 de marzo de 2008

Marcha 6 de marzo.

Llegué a las 8:59 a.m. al Parque de las Banderas y esperé un rato en el Foto Japón de la Quinta ya que en ese momento estaba lloviendo y no había mucha gente, sólo algunos jóvenes estudiantes.

A las 9:07 a.m. fui acercándome a la aglomeración incipiente que se estaba gestando al lado del CAI. Entre vendedores de pitos y sombrillas, observé "color" entre los participantes de esta marcha pues es sabido que en anteriores ocasiones el blanco fue el tono dominante. Pero no sólo fue eso, poco a poco se iba viendo que esta manifestación adquiría un tinte popular, menos urbana que su inmediata antecesora (4 de febrero) y, también, iba matizándose con un aspecto juvenil y entusiasta.

De decenas a cientos y de estos a miles. Muchos fueron los que acudieron a esta cita, comprometiéndose y solidarizándose de una manera emotiva con los familiares de las víctimas que sufrieron el rigor y la dureza de una guerra reproducida en gran parte por ciertos actores bélicos con sangre inocente en sus paladares.

La lluvia seguía cayendo pero el entusiasmo no. Pese al festival de sombrillas que iba en aumento, el espíritu de esta marcha se mantenía intacto e indeleble y reafirmándose en el vigor y la resistencia de aquellas personas que, francamente, no les importó empaparse con tal de proseguir con la marcha.


Las denuncias de los trabajadores se hicieron ver y leer durante el transcurso de la movilización.


Si usted nunca fue bueno en matemáticas quizás una nueva fórmula le pueda aterrar...
Hace unos días, el presidente colombiano mandó a "sus hombres" a entrar en territorio ecuatoriano para un "ataque sorpresa" transgrediendo la soberanía de nuestro vecino y desacomodando la estabilidad socio-económico-política de la región.
El presidente estadounidense, por su parte, manda a "sus hombres" por todo el globo terráqueo incursionando en terrenos que, posiblemente, no sean de su incumbencia. Pero lo hacen y, además, maquillan sus actuaciones con fabulosas mentiras.
Ciertamente voy encontrando algunas "semejanzas físicas" en los rostros de estos dos personajes...

Es cierto que esta marcha no tuvo la convocatoria ni el imán mediático que supo alcanzar la marcha del 4 de febrero, pero aun así, ésta se vistió con lo que tenía y con los que son, con rasgos de pueblo, casi costumbristas.


Los estudiantes del colegio Santa Librada se hicieron presentes con arengas y vítores hacia uno de sus "ídolos máximos": el mandamás de la Casa de Nariño. Fue conformándose una escena donde los jóvenes brillaron por su presencia dinamizando la manifestación, haciéndose sentir y sentando su voz de crítica y protesta, con total naturalidad y en todo su derecho.


Los integrantes de la Universidad Autónoma de Occidente no fueron tan efusivos como los jóvenes de los colegios pero de igual forma encontraron un espacio donde se explayaron con una frase tan sencilla como cierta.


La gente seguidora (y cuchita...) del inmarcesible M-19 también vociferó en medio de la marcha.


...se preguntaron muchos en medio de la reflexión que causa el escenario sociopolítico colombiano. La lucha sigue...


"Coca-Cola es así"...


Y por supuesto... no podían faltar los estandartes del Polo Democrático Alternativo, consciente de la responsabilidad y la visibilización que tiene su presencia en este tipo de exteriorizaciones.


Todos tenemos derecho a vivir bien, pero siempre encontramos (¿o nos imponen?...) obstáculos en la búsqueda de tal fin.


La Central Unitaria de Trabajadores también se hizo presente en esta marcha.
Aquí, cuando despliegan su pancarta en medio de la Calle 15, algunos de los participantes alertaron un poco a los demás a movilizarse con más rapidez debido al "ritmo moderado" que llevaba la marcha. Eran las 12:40 p.m.


Toda una multitud se congregó en la Plazoleta de San Francisco a la espera de los discursos reflexivos y emotivos de algunos de los participantes, ocultando el "performance" inicial que se realizó minutos antes con sangre en todo el centro de la plaza, huesos y bolsas negras, como símbolos que representan, más que nada, la violencia y el desgarro por parte de victimarios y víctimas, respectivamente.


Cuando de manifestaciones tan sentidas se trata, el ingenio popular brota a través de andanadas virulentas representadas en expresiones tan dicientes como la que se observa en la imagen...