lunes, 10 de septiembre de 2007

El más allá, simulado...


Ésa es una de tantas imágenes que van fluyendo con celeridad pasmosa sobre la tulipa de cristal que, aun estática, presenta una cohesión de escenarios y atmósferas intocables. Allí, la mirada se dirige hacia aquellas representaciones insurrectas y fugaces que se diluyen en una marcescencia propia de esta posmodernidad, sin tener el tiempo siquiera para entender sus significados. Lo único que se discierne es la presteza casi fílmica de una imagen en constante movimiento que se proyecta desde la mencionada complexión bidimensional.
Ahora, en medio de una apariencia infatigable, la imagen se exhibe cubierta de una multiplicidad de significados e interpretaciones, de colores y formas, de coyunturas y mensajes...