domingo, 15 de abril de 2007
No es tan mala como parece.
Es cierto, la situación no es tan mala, pues se tuvo la oportunidad de estar en la reclusión de mujeres de Cali, charlar con algunas de las guardias y las reclusas y, ver cómo convivían y qué trabajos hacían en este espacio.
No la pasan tan mal como muchos podrían creer. Se divierten, estudian y trabajan; es más, algunas han tenido la posibilidad de crear una especie de microempresas mientras están como reclusas y, continúan laborando cuando ya están en libertad.
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